En el Día Mundial del Ambiente, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) ha reiterado que Costa Rica continúa liderando la agenda global en sostenibilidad y lucha contra el cambio climático. En un comunicado reciente del 29 de mayo titulado “País mantiene liderazgo internacional en sostenibilidad y descarbonización”, se destacaron avances como la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), la revisión del Plan Nacional de Descarbonización (2018-2050), las NAMAs agropecuarias, el impulso a la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC), y la creación del Pago por Servicios Ambientales Marino (PSA Marino).
Pero desde COECOCEIBA nos preguntamos: ¿realmente hay razones para celebrar?
A pesar de los anuncios oficiales, en la práctica Costa Rica enfrenta una grave contradicción entre el discurso ambiental y las políticas reales que afectan a sus territorios y comunidades. La imagen de “país verde” promovida internacionalmente ha servido más como una herramienta comercial que como reflejo de una política ambiental justa y coherente.
Problemas estructurales que el discurso oficial silencia:
- Contaminación con agroquímicos: Amplias zonas rurales enfrentan contaminación de fuentes de agua y suelos por el uso intensivo de plaguicidas como bromacil, clorotalonil y mancozeb, afectando la salud humana, la biodiversidad y la seguridad hídrica
- Modelo agroexportador extractivista: El énfasis en monocultivos como la piña y el banano ha traído acaparamiento de tierras, pérdida de soberanía alimentaria, deforestación y graves consecuencias sociales y ecológicas
- Proyectos turísticos ilegales y agresivos: Se han promovido mega proyectos que destruyen ecosistemas costeros y humedales, como los de Playa Hermosa en Puntarenas y el Caribe Sur, y se insiste en proyectos como el aeropuerto en Osa, que amenaza el Humedal Térraba-Sierpe
- Deterioro de Áreas Protegidas: Aunque se ha ampliado la superficie protegida, esto no ha sido acompañado de recursos ni participación comunitaria. El personal operativo en estas áreas ha disminuido mientras aumenta su carga territorial, debilitando la protección efectiva.
- Retrocesos en minería y participación social: El actual gobierno ha impulsado discursos pro-minería y limitado la participación ciudadana en decisiones sobre biodiversidad y ambiente, cercenando espacios ganados históricamente por la sociedad civil
- Violencia contra pueblos indígenas: Persisten las agresiones y amenazas contra líderes indígenas que defienden sus territorios por medio de procesos de recuperación y reafirmación territorial. No hay una respuesta estatal efectiva contra estas violaciones de derechos, perpetuando la impunidad
- Corrupción ambiental: Casos como la tala ilegal y permisos de deforestación en áreas protegidas (ej. Gandoca-Manzanillo) muestran un debilitamiento institucional que pone en riesgo nuestro patrimonio natural
¿Qué exigimos desde COECOCEIBA?
Una transformación profunda del modelo de desarrollo, basada en justicia ambiental, participación comunitaria y respeto a los derechos colectivos. Demandamos:
- Que se detenga la expansión de modelos destructivos y se impulse la agroecología, el manejo comunitario de bosques y el uso de semillas criollas y de polinización abierta, transición energética justa y popular, entre otras
- Que se reconozca el papel histórico de las comunidades, pueblos indígenas, mujeres y movimientos sociales en la defensa de los bienes comunes
- Que se establezcan mecanismos vinculantes y reales para la regulación ambiental y la rendición de cuentas de las empresas transnacionales
- Que se garantice el respeto a los límites planetarios y se aborden las causas estructurales de la pérdida de biodiversidad y el colapso climático
Este Día Mundial del Ambiente no es una celebración. Es un llamado urgente a la acción colectiva, a recuperar la política desde los pueblos y para los pueblos.